Mi primer
estímulo al iniciar este escrito es pensar en la maravillosa Creación del Padre
Divino. Y entonces viene a mi mente el tratar de entender como el hombre necio
no es capaz de razonar y ver lo que a simple vista está para todo aquel que
tiene ojos y quiera "ver", como bien ya escrito está en las Sagradas
Escrituras: "Tienen ojos y no ven y oídos y no oyen"...
Estando de
vacaciones en la Zona Norte de Chile, este verano al igual que antaño, he visto
como la Naturaleza que nuestro Padre ha creado, para que los seres humanos
disfruten y tengan para admirar Su Obra, agradece en forma visible y tangible
cuando se le da cuidado y preocupación por ella.
Es tan
maravilloso levantarse muy temprano y ver como esas hojas mustias de los
primeros días, empiezan a crecer y levantarse como agradeciendo que se les haya
proporcionado agua...algo tan simple...agua...crecen...dan frutos y mueven sus
hojitas al compás del hermano viento que sutilmente mece las copas de los
árboles y acaricia el rostro de quien esté en su camino.
Y mientras
regaba alabando al Padre bendito, por todo lo hermoso que nos entrega día a
día, mis pensamientos volaban al Templo bendito y mi íntimo deseo era:
"Ojalá hubiese esta posibilidad de agua de vertiente todo el día para
regar su Templo.
Y entonces me
transportaba lejos y no escuchaba nada más que los trinos de los pajarillos y
el suave murmullo de las hojas de los eucaliptus que se mecían al compás de un
cántico de otra dimensión que el Padre les enviaba. Y así podía pasar horas y
horas y no sentía hambre ni sed... Mi espíritu estaba alimentado con toda la
belleza de la Naturaleza del Padre y mi materia física no necesitaba nada más.
Que dulce sensación
la de estar en otro plano donde el tiempo no existe... donde todo fluye al son
de la Creación Maravillosa del Padre.
Y luego viene el
recuerdo de nuestra Madrecita, ella que era todo amor y justicia, amaba la
Creación del Padre y hablaba con los animalitos, los árboles y las flores; y la
Naturaleza se inclinaba a su paso y muy pocos percibían esa veneración infinita
de los elementos frente a la Profeta de Dios
Todopoderoso.
Un momento de
reflexión y puedo seguir escribiendo, pensando en lo maravillosa que es la
Creación del Padre y que el hombre desprecia en su necedad. No conoce al Padre
y tiene la soberbia a flor de piel para desafiar a su Creador, a Su Justicia
implacable e inevitable, que consumirá las obras terrenas de los impíos hasta
sus cimientos. El hombre en su estúpida soberbia cree que puede ser superior a
su Creador, juega con los conocimientos y trata inútilmente de crear seres y
elementos que solo traerán destrucción y muerte a los habitantes de este Plano
de Expiación.
Y ahí está la
Congregación bendita del Padre, que aun con pocos hermanos que han permanecido
fieles a la promesa que hicieron en el Astral, se mantienen estoicamente luchando
día a día por su progreso espiritual y por mantener un legado invaluable para
esta civilización. Un legado de conocimientos y amor que han dejado los
profetas a través de los tiempos, que vino a confirmar nuestra Madrecita Laura
Antonia y, que sin duda alguna, seguirán ratificando los Maestros por Mandato
del Padre para las futuras Civilizaciones, si es Su voluntad
El hombre necio
no entiende o no quiere entender que somos una creación maravillosa del Padre,
que somos una máquina perfecta, que funciona con intrincados mecanismos que Él
creó en cada uno de nosotros. Si basta con observar a una criatura que recién
comienza su andar por este plano, para darse cuenta de la inmensidad del Amor
del Padre. Son tan pequeñitos y dependientes y están ávidos de aprender y dan
la impresión que quieren hablar y decir mil cosas. Y sólo mirarlos es alabar al
Padre, por la grandeza de permitir que los espíritus puedan bajar a
acompañarnos en este plano. Sólo Él sabe cuál será su misión y los hermanos más
antiguos y jóvenes de hoy debemos ayudarlos para que esa misión sea exitosa.
Todos hemos
venido con una misión en esta reencarnación y debemos buscar en el fondo de
nuestros espíritus para entender y hacer que ese compromiso lo podamos cumplir
a cabalidad. No debemos olvidar que el camino no es ni será fácil, pero eso es
parte de lo que cada uno ha pedido para progresar.
Solo resta
suplicar al Creador que permita que esta máquina funcione hasta el fin de sus
días en este plano, que solo estamos para servirle, para darle gracias por todo
Su amor y por permitirnos llegar a Su Templo, donde Él habita y podamos cargar
nuestras dínamos y así volver cada domingo para recargar estos Efluvios
Divinos, que solo en "Su Casa" se encuentran.
Cómo poder
traspasar a todos los hermanos el amor incondicional e infinito hacia El Padre,
hacia Sus Enviados y los Maestros que nos guían, pero sin duda que eso es de
cada uno y de la fe de cada cual, que tal como dicen las Sagradas Escrituras no
puede traspasarse; el progreso espiritual es individual y debe trabajarse por
él, día a día y minuto a minuto. No podemos dormirnos en los laureles.
Así es que
¡Adelante, que juntos tenemos una gran misión que cumplir, cada uno en su
individualidad y todos juntos en la misión colectiva!
Que el Divino
Padre Creador os ilumine y proteja y que Sus efluvios de Amor, queden en
vuestros corazones.
Hermana Ivonne
Valdés.