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domingo, 23 de septiembre de 2018

Carta a nuestro amadísimo Divino Padre Creador.




“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.”
Amadísimo Divino Padre Creador, Dios Todopoderoso:
Sé que no soy digna de dirigirme a Ti, el Ser más Excelso del Universo, Creador Divino de todo lo que existe, ya que soy solo una insignificante gusanilla del barro de este planeta primitivo, pero el amor hacia Ti, que rebosa mi espíritu, me impulsa a elevar mi vocecilla hacia Tu Grandeza, sabiendo que Tu estás en todo lo que existe; y que por haberte alabado y bendecido junto a mis hermanos de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén durante muchos años y haber respetado Tus Sagradas Leyes, Tu escucharás mis humildes razones, Padre de la Bondad sin límites.
Es doloroso para nosotros tus hijos fieles que te conocemos y veneramos, y que trabajamos para Ti con modestas obras, ver como diariamente en las noticias nacionales e internacionales, se puede observar la decadencia moral y el ateísmo total en que se encuentra gran parte de esta mal llamada civilización; y que se manifiesta en la impiedad de los hombres de la Tierra.
Entonces pienso: Qué distinto sería todo, si la humanidad siguiera las Reglas morales y enseñanzas que nos dicta la Ciencia Espiritual que emana de Ti, amado Padre Divino, las que han dado a conocer en todas las épocas y naciones de la Tierra, Tus enviados los Profetas, que han predicado siempre el mismo Mensaje sagrado y eterno, que es Tu Verdadera Palabra imperecedera y Eterna y que constituye la Luz de la Verdad más pura y diáfana, que emana de Ti, de Tu propio Espíritu Divino y Perfecto.
Todos los seres humanos debemos reconocerte y amarte por sobre todas las cosas, porque eres el Creador Divino de todo lo que existe en la Tierra y en todo el Universo infinito y Maravilloso.
 Porque amándote a Ti en primer lugar, amaríamos todo lo que existe en el planeta, lo cuidaríamos y lo protegeríamos; y no sucedería lo que hoy, que nuestro Planeta nodriza está al borde de la destrucción, por la ambición desmedida del hombre, que sólo corre tras el poder y la riqueza. Y en esta nefasta acción, lideran las naciones más poderosas del Orbe.
Todo ser humano de la Tierra, tiene el deber moral de servirte fielmente, cumpliendo Tus Sagrados Mandamientos tan sabios, y que están hechos para que el hombre logre una felicidad relativa en este planeta de expiación, donde reencarnamos para pagar nuestros karmas, es decir, las faltas cometidas contra nuestros prójimos en vidas terrenas anteriores. Y debemos pagar con sufrimientos morales y físicos. De esa manera nuestros espíritus inmortales se van limpiando y, además, cumpliendo Tus Mandamientos, hacemos las obras necesarias para traer la Virtud a nuestros espíritus. Y así, paulatinamente, nos vamos cercando cada vez más hacia Ti, Divino Autor de la Vida.
Amado Padre, es lamentable que el hombre de la Tierra se haya cegado y se crea dueño y señor absoluto de la Tierra, de la Naturaleza y del Universo. Se ha olvidado que Tu Eres el Primero y el Último, que Tú eres Todopoderoso y que todo lo ves y todo lo sabes y que Tu Justicia Perfecta abarca desde el átomo hasta la totalidad del Cosmos maravilloso y eterno.
Todo ser humano de la Tierra, tiene el deber moral de reconocerte y servirte fielmente cumpliendo Tus Sagrados Mandamientos. Y esa obligación moral proviene del hecho de que cada ser humano, cada ser y cosa de este Planeta primitivo y de expiación, pero no por eso menos hermoso; ha sido creado por Ti, Padre amado. Tú le has dado la Vida a todo lo que existe.
En la fecha que escribo esta carta para Ti, Padre amadísimo, septiembre 9 de 2018, son innegables los hechos que demuestran la agonía de nuestro planeta Tierra, debido al libertinaje del hombre, que lo ha saqueado en todo sentido, por el afán de la riqueza y el poder. Y los líderes de las naciones más poderosas solo se preocupa del armamentismo, preparándose a la auto aniquilación. Y el resto de la humanidad, atea y materialista, se deja conducir al matadero como ganado enajenado y ciego, preocupados solo de dar satisfacción a sus sentidos e instintos, en medio de una tecnología hipertrofiada.
No perciben que están al borde del precipicio.
Pero no todo desaparecerá, como está escrito en los Libros Sagrados: Será salvada una semilla por el Divino Maestro Jesús el Mesías y sus Ángeles, que servirá para construir una nueva humanidad que será la Ciudad bendita de la Nueva Jerusalén, habitada por aquellos hombres y mujeres de fe verdadera y ardiente, que sepan alabarte, bendecirte y servirte, cumpliendo Tus Mandamientos, Padre infinitamente misericordioso.
Tus hijos fieles, los que hoy te servimos y veneramos, los humildes de espíritu para acatar los Mandatos Sagrados que provienen de Ti, amado Padre, y que nos fueron transmitidos por la Profeta del siglo XX nuestra inolvidable Madrecita Laura Antonia, los que seguimos este camino de Verdad, debemos girar siempre dentro de la esfera de Tus Leyes Sabias y ser obedientes a Tus Mandatos Divinos, que son la Verdad y la Vida.
Ojalá, si Tu Misericordia y Justicia lo permiten, aunque ya no hay tiempo, que muchos de los que están llamados, puedan abrir sus espíritus, para dejar entrar en ellos a raudales la Luz de la Verdad y puedan conocerte, Padre amado, y comprender que Tu eres el Único Dios Viviente y Existente, el Supremo Hacedor de todo lo que existe en la Tierra y en el Cosmos maravilloso y viviente, Obra Perfecta de Tus manos.
En esta Hora Postrera, aun puede caer la venda de los ojos de muchos, aunque tal vez ya va a ser muy tarde para algunos.
Doy término aquí a esta humilde misiva de tu sierva que te ama y que te ha abierto su corazón amadísimo Padre, diciendo: De Dios la Voluntad y la Justicia, Amen.
Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.”
Hermana Lorena Perelló V., de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén.
La Pintana, Santiago, 9 de septiembre de 2018.-

jueves, 13 de septiembre de 2018

Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén.

El Divino Padre Creador Dios Todopoderoso, Creador del Universo Infinito y Maravilloso, Obra Perfecta de Sus Manos.

¡LA VOZ DE DIOS TODOPODEROSO CLAMA DESDE LO ALTO!:

“Así dice el Señor: “El Cielo es Mi Trono y la Tierra es el Estrado de mis pies”. (Isaías,66:1, Antiguo Testamento, Sagradas Escrituras de la Biblia).

¿Acaso el hombre de la Tierra ha respetado este Mandato Sagrado emanado del Creador Divino del Universo infinito y Maravilloso, y de Todo lo que existe en el Cosmos Eterno y Viviente?
De ninguna manera.
Muy por el contrario. Con una soberbia sin límites, ha actuado con total libertinaje para devastar a la Tierra, su planeta nodriza, y creyéndose también dueño y señor del Cosmos, ha emprendido la nefasta “Conquista Espacial”, negando la existencia de vida extraterrestre, con el objeto de colonizar otros mundos.
¿Y qué es en realidad la Tierra y su humanidad ante la realidad de la inmensidad del Universo que ha hecho le Creador Todopoderoso?
Según las revelaciones que los discípulos de Madrecita Laura Antonia, la profeta del Apocalipsis en Chile, en el siglo XX, hemos recibido de parte de los Maestros procedentes de mundos con civilizaciones infinitamente superiores a la Tierra en moral y tecnología, “la Tierra es un insignificante planeta” -- y que, como ya sabemos, pertenece a un Sistema Solar de nuestra Galaxia Vía Láctea. También los Maestros revelaron: “En la Vía Láctea existen 100 billones de soles, cada uno de ellos son sus planetas y satélites girando alrededor, ¡Y todos poblados por seres en distinto grado de progreso!”
Y todo esto solo en nuestra Galaxia. Y la astronomía terrena ya sabe que existen infinitas Galaxias en todo el Universo. ¡Así es de grande, admirable y maravillosa la Obra del Todopoderoso Creador Divino! Que, por cierto, no tiene nada que ver con el falso dios inexistente que han creado los Anticristos terrenos con sus dogmas de fe, con los que han distorsionado las revelaciones y enseñanzas del Divino Maestro Jesús, el Mesías, y los profetas enviados a la Tierra por el Divino Creador.
Pero el hombre terreno no solo ha profanado el Espacio Sagrado, con su “Conquista Espacial”, de la cual el hombre está muy ufano; sino que ahora nos llega una noticia inimaginable, la cual reproduciremos aquí sin comentarios:

“Estados Unidos anuncia la creación de un Ejército Espacial”.

(Emol.com 9 de agosto de 2018)

“Nos preparamos para el próximo campo de batalla”.

Washington: El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, anunció este jueves la creación de una Fuerza Espacial Militar, propuesta por el Presiente Donald Trump en junio, que buscará asegurar que el país domine el espacio”.
Para defender a Estados Unidos, una simple presencia en el espacio no es suficiente, “debemos dominar el espacio”, dijo entonces”.
Sin comentarios.
He aquí otra noticia similar:

“¿Parques nacionales fuera de la Tierra?

(Emol.com, 1° de junio de 2018)
Científicos abren debate para crear “zonas patrimoniales” en otros planetas.”
Sin comentarios.
El hombre de la Tierra en su soberbia, está ciego y sordo a la realidad del Apocalipsis que azota la Tierra.
 Ahora continuamos nuestro artículo con otra cita bíblica:

“Porque así me ha dicho el Señor: Toma de Mi Mano esta Copa del Vino del Furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales Yo te envío. Y beberán y se tambalearán y enloquecerán a causa de la Espada que enviaré entre ellas”, (Jeremías 25:15-17)


La Copa de la Ira del Divino Padre Creador.

Esta Copa fue modelada por Madrecita Laura Antonia, durante su ministerio profético y religioso en Santiago de Chile, en el siglo XX.

Madrecita Laura Antonia dijo: “El hombre se está destruyendo a sí mismo. El 16 de agosto de 1987 recibí en un sueño profético, la siguiente revelación: Por Mandato del Divino Padre Creador, una Voz desde Lo Alto me ordenaba modelar una Copa, con varias manos crispadas que se estaban hundiendo en Ella. Esta copa representaba la Ira del Divino Padre Creador y a la humanidad impía pereciendo en Ella. Esto es lo que está sucediendo en estos días en la Tierra. Se me ordenaba difundir esta imagen a toda la humanidad terrestre.
Con la confección de esta Copa de la Ira Divina, se están cumpliendo las profecías bíblicas de Jeremías profeta, David y otros profetas del Antiguo Testamento, así como también del Divino maestro Jesús, el Mesías, y de Juan Apóstol, del libro Apocalipsis, el último libro de las Sagradas Escrituras de la Biblia”.
Como epílogo agregamos que hoy, 9 de septiembre de 2018, además del caos telúrico y meteorológico que sufre nuestra Tierra, y del materialismo, violencia e impiedad de su mal llamada civilización, vemos con pavor, como en estas últimas semanas está ocurriendo terremotos casi cotidianamente en distintos lugares de nuestro planeta.
Recordemos una parte de la Revelación recibida del Divino Maestro Jesús, el Mesías, en nuestra Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, el 5 de noviembre de 2017:
…” La Tierra que se les ha otorgado para pagar vuestros karmas, se levantará en contra de aquellos que la han perturbado sin piedad, sin titubeos y mi Padre que está en los cielos nada hará, porque estará decepcionado de la poca razón de la humanidad.
Vuestra Tierra se volcará hacia ustedes, el castigo vendrá desde su centro, cual animal sigiloso acecha a su presa.
Luego el hombre clamará por piedad. ¡Preguntará dónde está Dios! Pero mi Padre desde Su trono verá entristecido, que vuestro clamor hacia Él será solo desde su desesperación y no desde el espíritu.
Ya no quedan días, horas, minutos… ¡TIEMPO!”


16 de septiembre de 2018, Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén:

La Ira del Divino Padre Creador Dios Todopoderoso, continúa derramándose sobre todo pueblo y nación de la Tierra.

Continúen cumpliéndose las Sagradas Escrituras de la Biblia, especialmente de Libro Apocalipsis, donde el Profeta Juan Apóstol escribió:
“Y oí una Grande Voz el Templo, que decía a los Siete Ángeles: “Id, y derramad las Siete Copas de la Ira de Dios sobre la Tierra”. (Apocalipsis 16:1)


Como prueba de esto, veamos algunos videos, cuyas imágenes valen por mil palabras:











Que el Divino Padre Creador tenga piedad de sus hijos fieles, que le aman y veneran. Así sea.
“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.”

domingo, 2 de septiembre de 2018

Yo experimenté una “evasión de la Muerte”.

Hace años, supe lo que es desencarnar ahogada en el mar, y ahora puedo contar aquí mi terrible experiencia, merced a la Misericordia Infinita de nuestro amado Divino Padre Creador, Dios Todopoderoso.
En aquella fecha inolvidable disfrutaba yo de mis hermosos 16 años, amaba la vida y estaba contenta con mi destino. Sin ningún tipo de preocupaciones me sentía dueña del mundo y de la Naturaleza y amaba al Divino Padre Creador, Supremo Hacedor de todo lo que existe.
Desde pequeña, mis padres me llevaban todos los domingos a la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, donde conocí a la Profeta del Apocalipsis, Madrecita Laura Antonia, la que nos dio su amor a todos los niños especialmente, y nos hizo conocer la existencia del Divino Padre Creador y la Ciencia Espiritual que de Él emana y que es la Verdad y la Vida.
En esos días felices de mi adolescencia, una tarde de verano, fuimos en familia a la hermosa playa de Pichilemu, conocida como “la playa de los surfistas”, por las grandes olas que llegan hasta la orilla. Yo sabía nadar y disfrutaba al máximo del mar, me encantaba nadar cerca de la ribera y zambullirme en las olas que llegaban en cadenciosa sucesión. Se me figuraba que era una pequeña marsopa retozando entre las ondas marinas… Naturalmente, siempre me preocupaba que mis pies tocaran la arena del fondo. Fue así como nadando y jugueteando en el agua, las olas, que eran de tamaño moderado en ese momento, me fueron alejando paulatinamente de la costa sin que yo me percatara de ello.
De pronto, con sobresalto, me di cuenta que mis pies ya no tocaban la arena del fondo. Instintivamente, miré hacia la playa y vi a mi madre y me hermano que me hacía frenéticas señas, allá lejos, para que nadara hacia ellos. También ahora percibí que sorpresivamente las olas habían aumentado en volumen y violencia, alejándome de la orilla cada vez más.
Me sentí invadida de pies a cabeza por un miedo cerval paralizante. Sin embargo, logré sobreponerme y pude razonar: -- con cada ola que venga, nadaré con todas mis fuerzas, para que ellas me empujen hacia la playa.
Entonces empecé a luchar y a cada ola que llegaba, nadaba vigorosamente hacia la orilla, pero percibí que no avanzaba hacia la costa y que, por el contrario, el mar me retenía siempre en el mismo lugar. Era como si estuviera dentro de un hoyo invisible.
En ese momento fui presa del pánico, pues se agotaron mis fuerzas y mi corazón latía aceleradamente con desesperación. Comprendí que había llegado mi Hora. Era el Fin…
Solo atiné a levantar los brazos en ademán de auxilio…En ese momento, me rendí a mi destino…cerré los ojos y me hundí en el mar serenamente…
Oré al Divino Padre Creador y mentalmente le dije: “¡Padre, que se haga Tu Voluntad!”
En una semi inconsciencia, oraba al Padre resignada a mi destino, y en ese momento, ante mi visión espiritual y en un segundo, desfiló ante mí toda mi vida, desde pequeña hasta el momento actual…Entonces vi en Lo Alto una Luz Blanca refulgente maravillosa…y perdí el conocimiento.
Lo que sucedió después me lo relataron mi madre y mi hermano, que pidieron auxilio a los salvavidas, los que prestamente nadaron y rescataron mi cuerpo sumergido y ya exánime, y con gran esfuerzo lograron llevarlo a la playa, en medio del fuerte oleaje. Una vez en la playa, me sometieron a las maniobras de respiración artificial para reanimar mi organismo inerte. Después de algunos minutos de frenéticos esfuerzos, los salvavidas lograron normalizar mi respiración.
Al recuperar el conocimiento, con la Gracia del Padre, me encontré tendida de espaldas en la arena y me costaba mucho respirar. Mi madre y mi hermano estaban anhelantes junto a mí, los salvavidas y numerosas personas y poco a poco me fui recuperando.
Desde ese día he agradecido al Divino Padre Creador por haberme otorgado una nueva oportunidad, impidiendo, con Su Divina Voluntad, que se cortara el Hilo de la Vida que une mi espíritu a mi cuerpo, aunque el destino para mí señalado, indicaba esa fecha fatal, con año, mes, día, hora, minuto y segundo preciso, para desencarnar. Pero nuestro amadísimo Padre Divino determinó, en Su Divina Voluntad, como Único Dueño y Señor de nuestros destinos, que siguiera mi vida en la materia, para trabajar para el Señor.
Es así como desde aquella fecha dramática y trascendental para mí, he seguido fielmente alabando y bendiciéndo al Rey del Universo, junto a mis hermanos de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, hasta el día de hoy. A su debido tiempo encontré al compañero de mi vida y hoy tenemos dos preciosas pequeñas, que me acompañan en las actividades de la Congregación. He tenido el privilegio de recibir desde Lo Alto, después de años de labor, el grado de arzobispo, y he confeccionado muchos juguetitos de género junto a mis hermanas, para regalar, en el Nombre del Padre, a las niñitas de Escuelas y Poblaciones de la Pintana y Puente Alto, en vísperas de cada Navidad.
Al publicar este testimonio maravilloso de la “evasión de la Muerte” por Voluntad del Padre Divino, quiero rendir un homenaje de agradecimiento a aquellos hombres valientes que arriesgaron su vida para salvar la mía, y que ayudan a sus prójimos en peligro de muerte entre las olas del mar chileno. Ruego al Divino Padre proteja y bendiga a estos buenos samaritanos del mar, que a largo de nuestras extensas costas realizan su misión anónima sin pedir nada a cambio, practicando así el verdadero sentido del amor al prójimo. Sé, que el Divino Padre que todo lo ve y todo lo sabe, y que los pone allí para que se cumpla Su Divina Voluntad, les dará su recompensa.
Y yo, al terminar este relato, agradezco una vez más y para siempre a nuestro Padre Infinitamente Misericordioso, que me prologó la vida para que siguiera elevando mis bendiciones a Él, por el resto de mis días en la Tierra. Lo cual ruego al Padre amado en este momento, pueda hacerlo por toda la eternidad. ¡Aleluya!
Hermana María José Rojas Abarca, de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén.
26 de agosto de 2018, La Pintana, Santiago.
“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.

Veamos ahora otro testimonio similar:

Otra “Evasión de la Muerte”.

Habiendo unido nuestros destinos con Madrecita Laura Antonia, y sumándome a la Causa Divina como primer discípulo y esposo, de la Profeta que anunció la llegada del Apocalipsis a la humanidad terrena en el año 1972, con el consiguiente cumplimiento de las profecías antiguas de la Biblia; e instalados en nuestro domicilio en la parcela Sede y Templo de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, en La Pintana, Madrecita construyó un modesto edificio para su Laboratorio de Cosméticos, con el objeto de ganar nuestro sustento y dar trabajo a algunos hermanos jóvenes.
Entonces yo me dediqué a hacer frecuentes viajes a Santiago, en compañía de mi querido hermano arzobispo Efraín Santibáñez – hoy ya desencarnado y en la Gloria del Padre --, que, estando jubilado, se ofrecía gustoso a acompañarme a los Ministerios y reparticiones públicas con el fin de obtener todos los permisos necesarios para el funcionamiento del Laboratorio.
En esos días tuve el siguiente sueño, muy vívido en todos sus detalles: -- Monseñor Efraín y yo realizábamos un trámite en un Ministerio en Santiago, en oficinas del noveno piso de un edificio céntrico. Esperábamos el ascensor para bajar a la hora de mediodía y había muchos empleados y público que también aguardaban para bajar, pues era la hora de colación. Cuando se abre la puerta del ascensor, ingresó una verdadera avalancha de gente dentro y yo fui introducido casi en peso al interior. Efraín se quedó sin poder subir, lo mismo que varias personas. El ascensor quedó sobrecargado y apenas comenzó a bajar se cortó el cable de sostén y sobrevino la vertiginosa caída, en medio del pánico y griterío de las personas que iban dentro. Yo me afirmé en un rincón y grité a todo pulmón: -- “¡Encomiéndense a Dios!” --. Y luego nada…ni dolor, ni impacto, nada.
Entonces me vi parado en la calle, frente al edificio del Ministerio, en medio de una conmoción general: mucho público, ambulancias, carros de bomberos y policiales; y carabineros, bomberos y paramédicos sacando cuerpos descoyuntados de numerosos cadáveres desde el interior del edificio. De pronto vi, que entre cuatro personas llevaban mi cuerpo completamente desarticulado debido a múltiples fracturas y automáticamente quise entrar en mi cuerpo, pero éste me rechazó. Entonces comprendí que yo estaba desencarnado, y al pensar en el trámite que había realizado, me encontré de inmediato en el noveno piso, frente a la oficina en que había estado. En el pasillo no había nadie. Entonces empujé la puerta de la oficina y entré. Había un solo empleado escribiendo a máquina y al sentir que se abre la puerta, mira y al ver que la puerta se ha abierto sola, pues él no ve a persona alguna, cree que el viento ha abierto la puerta, y sigue trabajando. Pero yo estoy ahí en la puerta, en espíritu, invisible a sus ojos físicos. Entonces pienso en Madrecita y deseo ir hacia ella…y ahí desperté de este vívido sueño.
A la mañana siguiente, relaté mi sueño a Madrecita, en todos sus detalles.
Ella me escuchó atentamente en silencio. Luego me miró a los ojos y me dijo enfáticamente: “Tú, Carlitos, no vas a subir nunca más a un ascensor.” Y yo obedecí puntualmente la orden.
Así fue como gracias a la Revelación en sueños del Divino Padre, que fue una advertencia sagrada, y la orden que recibí de su Enviada a la Tierra, experimenté una más de las varias “evasiones de la Muerte”, que he tenido el privilegio de recibir en mi actual reencarnación terrena, merced a la Voluntad Omnipotente de nuestro amadísimo Divino Padre Creador, lo que me ha hecho alcanzar una ancianidad provecta, siempre sirviéndolo y amándolo, como al Dueño y Señor de Todo lo que existe y Supremo Hacedor del Universo Infinito y Maravilloso, Obra Perfecta de Sus Manos.
 Mientras Madrecita Laura Antonia estuvo conmigo, cumplí ese Mandato Sagrado. Después que ella se fue hacia el Padre, he continuado usando los ascensores.
Hermano Carlos Opazo Barragán, de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén.
26 de agosto de 2018, La Pintana, Santiago.

“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.”