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lunes, 27 de mayo de 2019

Madrecita Laura Antonia es: “La Mujer Apocalíptica”.

LA MUJER APOCALÍPTICA.

Cuadro pintado por Monseñor Carlos Opazo Barragán, que fue el esposo, primer discípulo y secretario en las Incorporaciones de los Maestros de la Cosmogonía, durante 46 años, hasta el 24 de diciembre de 2003, fecha del fallecimiento de la Profeta del Divino Padre Creador en la Era del Apocalipsis.

El advenimiento de Madrecita Laura Antonia como la Profeta del Apocalipsis, está señalado en las Sagradas Escrituras de la Biblia, en el libro Apocalipsis, de Juan Apóstol, en el capítulo 12, Vs. 1, que dice: (solo vamos a analizar los párrafos pertinentes)
“1 Y apareció en el cielo una gran señal: Una mujer cubierta del Sol, y la Luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas”.
Explicación: “Cubierta del Sol” que representa al Divino Padre Creador, Dios Todopoderoso, que la envía y protege a cumplir su misión religiosa y profética. “Y la Luna debajo de sus pies”, también apoyada y protegida por el Divino Maestro Jesús, el Mesías y sus Ángeles, que son los Maestros de la Cosmogonía Universal, que han llegado a la atmósfera terrestre, en sus Naves intergalácticas para proteger y guiar a la Profeta y sus discípulos. “Y una corona de doce estrellas”, se refiere a los doce Apóstoles del Mesías, que han reencarnado junto a la profetiza, para ayudarla en su misión, además de los otros fieles que escucharon y siguieron al Mesías durante su misión profética en Judea y que hoy han reencarnado junto a la profetiza del Apocalipsis.
“2 Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, y sufría dolores por parir.
3 Y fue vista otra señal en el cielo; y he aquí un grande dragón rojo, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cabezas siete diademas.”
4… “Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba de parto, a fin de tragar al hijo, luego que ella lo hubiese parido.
5 Y parió un hijo varón, que había de regir todas las gentes con vara de hierro, y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono”.
Explicación: Ese fue el hijo primogénito de Madrecita, Manuel Antonio Núñez Alcaíno, que nació el 21 de septiembre de 1959 y desde la más tierna infancia denotó poseer una extraordinaria inteligencia y nobles sentimientos. Señalado por su trágico destino, Manolito falleció en un Hospital de Santiago, el 10 de noviembre de 1966, a la edad de siete años, a raíz de un error quirúrgico cometido por un médico extranjero, al practicarle una operación a la garganta.
Manolito era la reencarnación del Divino Maestro Jesús, el Mesías; por eso señala la Escritura que “había de regir a todas las gentes con vara de hierro”, y también que “fue arrebatado para Dios y para su trono”, porque el Divino Maestro Jesús, el Mesías, tiene su propio trono a la diestra del Trono del Divino Padre Creador.
“Y la mujer huyó al desierto, en donde tenía un lugar aparejado por Dios, para que ahí la alimentasen mil doscientos y sesenta días”.
Explicación: Madrecita Laura Antonia comenzó su ministerio religioso y profético en su domicilio de calle Caliche 972, en el barrio Recoleta en Santiago, y en mayo de 1973, después de sus respectivas separaciones conyugales, inició una nueva etapa en su misión, estableciese su nuevo hogar junto al hermano Carlos Opazo Barragán, su esposo ante el Divino Padre, en matrimonio bendecido por los Maestros de la Cosmogonía. Ella trajo consigo a sus tres hijos pequeños, quedando los dos mayores y ya adolescentes, voluntariamente junto a su padre en Santiago.
Madrecita siempre vio en sus sueños a La Pintana como un desierto. Esa fue la “huida al desierto” de la Escritura, donde ella fue alimentada con la Gracia y la Sabiduría del Padre, hasta el último día de su existencia terrena.
“9 Y fue lanzado afuera aquel grande dragón, aquella antigua serpiente, que se llama diablo y Satanás, que engaña a todo el mundo, y fue arrojado en tierra y sus ángeles fueron lanzados con él”.
“13 Y cuando el dragón vio, que había sido arrojado en tierra, persiguió a la mujer, que parió al hijo varón.
14 Y fueron dadas a la mujer dos alas de grande águila, para que volase al desierto a su lugar, en donde es guardada por un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo, de la presencia de la serpiente”.
Explicación: Hemos anotado arriba que vivió en La Pintana, donde fue guardada por su esposo y discípulos, y en el plano Astral, por el Divino Padre, el Maestro y sus Ángeles, contra los embates del dragón.
“15 Y la serpiente lanzó de su boca en pos de la mujer, agua como un río, con el fin de que fuera arrastrada por la corriente”.
Explicación: Los enemigos de Dios, los mismos que antaño persiguieron al Divino Maestro Jesús, el Mesías, hasta hacerlo crucificar, estaban ahora reencarnados en el siglo XX en Chile, para perseguir y combatir a la profetiza de Dios Padre Creador. Ellos estaban al acecho, en distintos estratos de la sociedad, religiosos, militares y civiles, y actuaron con la calumnia criminal, ante la verdad del Mensaje sagrado y profético de Madrecita. No le pusieron clavos en sus manos y sus pies, ni corona de espinas en su cabeza, pero espiritualmente sí lo hicieron. La acción artera calumniosa y persistente de este grupo satánico, fue continuo durante todo el ministerio profético de Madrecita. He ahí figurado lo profetizado por la Escritura Sagrada: “el río de agua que la serpiente lanzó de su boca”.
“6 Mas la Tierra ayudó a la mujer y abrió la Tierra su boca, y sorbió el río, que había lanzado el dragón de su boca”.
Explicación: Todas las profecías de Madrecita sobre los Últimos Tiempos de la humanidad, o Apocalipsis, se fueron cumpliendo en la Tierra paulatinamente a través de sus 46 años de ministerio profético: las guerras y la violencia, las enfermedades incurables, el hambre masiva de pueblos enteros, los terremotos cada vez más violentos y destructivos, los fenómenos meteorológicos que ha traído destrucción y muerte. Faltan por cumplirse las guerras en Sudamérica y Chile, la Tercera Guerra Mundial nuclear, la destrucción por el fuego de la ciudad de la Bestia 666, nombrada por el Apóstol Juan, la erupción masiva de volcanes y el Día Final de la humanidad o Día de Yahvé.
“17 Se airó el dragón contra la mujer y se fue a hacer guerra contra los otros de su linaje, que guardan los Mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.
Explicación: las calumnias a Madrecita Laura Antonia, incluyeron a todos sus discípulos fieles.

“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”. 

lunes, 13 de mayo de 2019

Ya se está produciendo la muerte del mar…

El mar. (Imagen: Sputnik Mundo)


Se empieza a cumplir otra profecía de Madrecita Laura Antonia sobre los acontecimientos del Apocalipsis en nuestro planeta Tierra.
Madrecita Laura Antonia, (en octubre de 1944), la profeta chilena del Apocalipsis, en el siglo XX.




27 de abril de 1976, sueño profético de Madrecita Laura Antonia.

Madrecita veía que iba con su esposo, Monseñor Carlos, a visitar una playa de la provincia de Concepción, en Chile. Dejaban el auto en un bosque y caminaban por la playa.
Entonces veían que el mar estaba quieto, sin una sola ola. Estaba muerto. La playa estaba cubierta de un sinnúmero de peces, caracoles y crustáceos muertos. Decía ella: “Esto debe haber ocurrido recién. Es la tercera parte de las criaturas del mar que han muerto, en la tercera parte de los países que tienen costas. La matemática Perfecta del Padre. Todo está compartido”.
Pronto empezaba a heder la playa y debían huir de allí.
Comentario: En esta profecía de Madrecita Laura Antonia, encontramos una completa concordancia con las Sagradas Escrituras de la Biblia, en el último libro del Nuevo Testamento, el Apocalipsis de Juan Apóstol, en Capítulo 8, vs. 8, que dice: “Y el Segundo Ángel tocó la trompeta, y fue echado  en el mar como un grande monte ardiendo en fuego, y se tornó en sangre la tercera parte de la mar. 9 Y murió la tercera parte de las criaturas que había animadas en la mar, y la tercera parte de los navíos pereció”.
Este “grande monte ardiendo en fuego” es la visión espiritual de Profeta Juan, de las bombas nucleares explosionando sobre el mar, en la Tercera Guerra Mundial Nuclear.
Esta profecía de Madrecita Laura Antonia se complementa con la siguiente, 1°de junio de 1978: “Madrecita veía que llegaba un gran castigo del Padre para la humanidad impía: Todas las aguas del planeta se descomponían, estaban putrefactas, no se podían beber. Y además todos los ríos y arroyos estaban secos”.
También esta profecía de Madrecita se corresponde con la siguiente profecía del Apocalipsis de Juan Apóstol, Capítulo 8, vs.10: “Y el Tercer Ángel tocó la trompeta y cayó del cielo una grande estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó en la tercera parte de los ríos, y en las fuentes de las aguas. 11 Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo y la tercera parte de las aguas se convirtió en Ajenjo, y murieron muchos hombres por las aguas, porque se tornaron amargas”.
La visión de Juan Apóstol de la estrella que cae en las fuentes de las aguas, es evidentemente la figuración de la visión espiritual del profeta, de las bombas nucleares explosionando sobre la tierra.
Aunque estas profecías de Madrecita y las de Juan Apóstol en el Apocalipsis, corresponderían más bien a los efectos de la Tercera Guerra Mundial Nuclear, la realidad en nuestro siglo XXI es que, los océanos de nuestro planeta están muriendo, por efecto del cambio climático y las actividades del hombre. Analicemos una sobrecogedora crónica aparecida en estos días:

Registran más de 550 zonas muertas en los océanos.



La falta de oxígeno causada por actividades humanas y el calentamiento global asfixian la vida marina.

(de Mares Limpios, 09 octubre de 2018. Extracto)
“Las aguas costeras y marinas de muchas partes del mundo están siendo afectadas por la proliferación de algas y fitoplancton que disparan la creación de zonas muertas por escasa oxigenación, lo que limita la vida marina y destruye actividades económicas esenciales para las poblaciones costeras, como el turismo y la pesca, además de asfixiar la biodiversidad.
Los nutrientes que son liberados al medio ambiente por los procesos agrícolas, principalmente fósforo y nitrógeno, contaminan los cuerpos de agua y los drenajes que llegan al mar, donde favorecen la proliferación anormal de varias especies de algas, fenómeno llamado florecimientos algales nocivos (FAN) que generan eutrofización.
Lago eutrofizado. Imagen Ciencias de la Tierra.

Tan o más grave es la hipoxia (deficiencia de oxígeno) de los fondos marinos, sitios donde los agroquímicos afectan los ecosistemas, porque al penetrar los químicos en el agua, el oxígeno disuelto de forma natural se agota y muy pocos organismos logran sobrevivir en esa zona. Los peces migran a sitios más benignos, pero criaturas como los cangrejos no pueden escapar y mueren por falta de oxígeno.
…A las aguas abiertas de los océanos llega el calentamiento global, éstas pierden oxígeno, y el oxígeno pierde capacidad para alcanzar las profundidades.
Las zonas muertas del mundo pasaron a 405 en 2006 y, nueve años más tarde, los expertos habían identificado por lo menos 530 zonas muertas en los océanos, además de 228 sitios con eutrofización marina, cuyas dimensiones y persistencia crecen.
A través del río Mississippi, los agroquímicos terminan depositados en el Golfo de México, y hoy, el área muerta del Golfo de México alcanza 10 estados de Estados Unidos y sumaba casi 23 mil Km2 en enero de 2018, según documentó la Universidad de Duke en un estudio solicitado por la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio de Estados Unidos)”.
Mapa de zonas muertas de océanos. Imagen Tiempo.com 7 enero 2018

(Fin de la cita-extracto)
.
Y he aquí que nuestra insigne poetiza laureada Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura en 1945, entre su extensa producción poética, es autora del poema “La muerte del mar”, calificado de “misterioso” por los entendidos, pero que hoy, ante el catastrófico fenómeno apocalíptico de la progresiva muerte de los océanos del planeta, adquiere un carácter profético.


Gabriela Mistral, la insigne poetiza chilena, Premio Nobel de Literatura de 1945.
(Imagen: Universidad de Chile)


Al respecto, es interesante recordar lo que Sócrates nos dice sobre la inspiración poética, en el Diálogo de Platón, “Ion o de la Ilíada”: … “que estos bellos poemas no tienen un carácter humano y no son obra de los hombres, sino que son divinos y provienen de los dioses, y que los poetas no son otra cosa que los intérpretes de los dioses, estando cada uno de ellos poseído por aquel de quien recibe la influencia”. (Pág. 147, Platón Obras Completas, Ed. Aguilar, 2ª Ed. 1974)

Poema “La Muerte del Mar” de Gabriela Mistral.


 Se murió el Mar una noche,
de una orilla a la otra orilla;
se arrugó, se recogió,
como manto que retiran.

Igual que albatros beodo
y que alimaña huida,
hasta el último horizonte
con diez oleajes corría.
Y cuando el mundo robado
volvió a ver la luz del día,
él era un cuerno cascado
que al grito no respondía.
Los pescadores bajamos
a la costa envilecida,
arrugada y vuelta como
la vulpeja consumida.
El silencio era tan grande
que los pechos oprimía,
y la costa se sobraba
como la campana herida.
Donde él bramaba, hostigado
del Dios que lo combatía,
y replicaba a su Dios
con saltos de ciervo en ira,
y donde mozos y mozas
se daban bocas salinas
y en trenza de oro danzaban
sólo el ruedo de la vida,
quedaron las madreperlas
y las caracolas lívidas
y las medusas vaciadas
de su amor y de sí mismas.
Quedaban dunas-fantasmas
más viudas que la ceniza,
mirando fijas la cuenca
de su cuerpo de alegrías.
Y la niebla, manoseando
plumazones consumidas,
y tanteando albatros muerto,
rondaba como la Antígona.
Mirada huérfana echaban
acantilados y rías
al cancelado horizonte
que su amor no devolvía.
Y aunque el mar nunca fue nuestro
como cordera tundida,
las mujeres cada noche
por hijo se lo mecían.
Y aunque el sueño él volease
el pulpo y la pesadilla,
y al umbral de nuestras casas
los ahogados escupía,
de no oírle y de no verle
lentamente se moría,
y en nuestras mejillas áridas
sangre y ardor se sumían.
Con tal de verlo saltar
con su alzada de novilla,
jadeando y levantando
medusas y praderías,
con tal de que nos batiese
con sus pechugas salinas,
y nos subiesen las olas
aspadas de maravillas,
pagaríamos rescate
como las tribus vencidas
y daríamos las casas,
y los hijos y las hijas.
Nos jadean los alientos
como al ahogado en mina
y el himno y el peán mueren
sobre nuestras bocas mismas.
Pescadores de ojos fijos
le llamamos todavía,
y lloramos abrazados
a las barcas ofendidas.
Y meciéndolas meciéndolas,
tal como él se les mecía,
mascamos algas quemadas
vueltos a la lejanía,
o mordemos nuestras manos
igual que esclavos escitas.
Y cogidos de las manos,
cuando la noche es venida,
aullamos viejos y niños
como unas almas perdidas:
"¡Talassa, viejo Talassa,
verdes espaldas huidas,
si fuimos abandonados
llámanos a donde existas,
y si estás muerto, que sople
el viento color de Erinna
y nos tome y nos arroje
sobre otra costa bendita,
para contarle los golfos
y morir sobre sus islas".

 “Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.