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lunes, 4 de junio de 2012

LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR


Algo distintivo de las sabias enseñanzas que nos dejó nuestro amado Divino Maestro Jesús, el Mesías, fueron sus parábolas o comparaciones. Quizá la más característica de ellas fue “la ´parábola del sembrador”, que está situada en el Evangelio de Mateo, Cap. 13, vs, 3 y siguientes: “Y les habló” (Jesús) “muchas cosas por parábolas, diciendo: 
He aquí que salió un sembrador a sembrar. 4 Y cuando sembraba, algunas semillas cayeron junto al camino, y vinieron las aves del cielo, y las comieron. 5 Otras cayeron en lugares pedregosos, en donde no tenían mucha tierra; y nacieron luego, porque no tenían tierra profunda. 6 Mas en saliendo el sol, se quemaron y se secaron, porque no tenían raíz. 7 Y otras cayeron sobre las espinas; y crecieron las espinas, y las ahogaron. 8 Y otras cayeron en tierra buena; y rendían fruto, una a ciento, otra a sesenta, y otra a treinta. 9 El que tiene orejas para oír, oiga”… (Más adelante Jesús dijo a sus discípulos): “18 Vosotros pues oíd la parábola del que siembra: 19 Cualquiera que oye la Palabra del Reino” (de los Cielos) “y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que se sembró en su corazón: éste es el que fue sembrado junto al camino. 20 Mas el que fue sembrado sobre las piedras, éste es, el que oye la Palabra, y por de pronto la recibe con gozo. 21 Pero no tiene en sí raíz, antes es de poca duración, Y cuando sobreviene tribulación y persecución por la Palabra, luego se escandaliza. 22 Y el que fue sembrado entre espinas, éste es, el que oye la Palabra, pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y queda infructuosa. 23 Y el que fue sembrado en tierra buena, éste es, el que oye la Palabra, y la entiende, y lleva fruto; y uno lleva a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta.”

Nosotros, como discípulos de la Profeta Madrecita Laura Antonia e integrantes de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, que ella fundó, y que adoramos a nuestro Divino Padre Creador Dios Todopoderoso,  veneramos también a su hijo Dilecto nuestro Divino Maestro Jesús, el Mesías, y a los Profetas, siguiendo sus enseñanzas situadas en las Sagradas Escrituras de la Biblia. Por esto nos consideramos humildes “sembradores” de la  Palabra del Señor, que es Eterna.
Nuestro Mensaje religioso lo entregamos a todo el que desee escucharlo, en un plano de absoluta igualdad y respeto hacia todos los habitantes de la Tierra, pertenezcan o no a algunas de las religiones existentes, que adoran a Dios.  Nuestra Ley Fundamental, la Constitución Política de la República de Chile, como se sabe, señala en su Capítulo III, De los Derechos y Deberes Constitucionales, Art. 19: “La Constitución asegura a todas las personas: 6°.- La libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos, que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público.” Además la Ley N° 19.638, Ley de Libertad de Culto Reglamentado, Cap. 1. Normas Generales, Art.1° dice. “El Estado garantiza libertad religiosa y de culto en los términos de la Constitución Política de la República.”
Como ciudadanos chilenos, somos respetuosos de la Ley. Además, los Estatutos Religiosos de nuestra Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén, nos señalan en su punto 14°:”No tener prejuicios de índole alguna: políticos, culturales ni religiosos, ni discriminaciones raciales ni socioeconómicas.”
De modo que está claramente establecido que cada hombre y cada mujer de nuestra Patria, pueden profesar la religión de su libre elección, y deben ser respetados en su creencia.
Es interesante hacer notar, que si existen tantas religiones sobre la faz de la Tierra, es por la Voluntad del Padre Divino, pues cada ser humano de nuestro Planeta, posee distinto grado de progreso espiritual y cada uno pertenecerá a la religión que mejor lo interprete y se adecúe al grado de progreso de su espíritu.
Como humildes “sembradores” entregamos nuestro mensaje religioso al público en general, sin pretender quitar prosélitos a las demás religiones ni tratar de convencer a los ateos, agnósticos o libre pensadores. Nuestro Mensaje va dirigido a 144.000 llamados, que en este momento se encuentran diseminados por todo el Planeta. (Apocalipsis 7, 4). Éstos llamados, por Ley Divina, habrán de llegar a nuestro redil, más tarde o más temprano, en forma ineludible. Pero al llegar, deberán comprender ésta enseñanza del Maestro: “No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos: sino el que hace la Voluntad de mi Padre, que está en los Cielos, ése entrará en el Reino de los Cielos.” Mateo, 7,21). Es decir, el que con sus obras demuestre cumplir las Leyes Divinas.
Nuestro Maestro Mesías lo señaló, hace ya mucho tiempo: “…porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos.” (Mateo: 20, 16).

“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.”