El planeta se encuentra
asfixiado, devastado, fatigado, debido a la acción del hombre; quien en su
ambición ha extraído, agujereado y erosionado sus suelos, así como ha abusado
de sus océanos, extrayendo sus riquezas naturales.
La capa de ozono que protege la
vida en la tierra, de la radiación ultravioleta, sigue debilitándose, creando
atmósferas abundantes en toxicidad para las especies vivas. Los científicos no
saben con certeza qué la está resquebrajando, aunque señalan dos posibles
culpables, ambos humanos: partículas de origen industrial o el cambio
climático.
La temperatura del agua de los
mares se encuentra alterada, generando migraciones de especies a lugares que no
eran los habituales. De esta manera, se afectan ecosistemas de anfibios,
insectos y peces, muchas veces con enfermedades o extinción.
Los océanos han respondido con
mayor lentitud que los entornos terrestres al cambio climático. Sin embargo,
las investigaciones científicas han descubierto que los ecosistemas marinos
pueden ser mucho más sensibles, incluso al más mínimo cambio en las
temperaturas.
Los incendios fuera de control
siguen consumiendo entornos naturales y grandes hectáreas de fierras fértiles,
alcanzando proporciones gigantescas como consecuencia, muchas veces, de
prolongadas sequías.
La deforestación y la erosión de
los suelos contribuye directamente al cambio climático.
POR LO TANTO, LOS CUATRO
ELEMENTOS DE LA NATURALEZA ESTÁN ALTERADOS: AGUA, FUEGO, TIERRA Y AIRE. APARTE
SON INCONTABLES LOS DAÑOS A LOS SERES ANIMALES Y VEGETALES.
El 29 de julio recién pasado, el
planeta agotó los recursos que tenía disponibles para todo el año 2019,
entrando en un sobregiro ecológico, según los datos de la Red Global de la
Huella Ecológica (Global Footprint Network). Esto significa que la capacidad biológica
de los ecosistemas para regenerar recursos en forma renovable y absorber los
diferentes desechos generados por el hombre – lo que se denomina biocapacidad
--, ya no es suficiente para sostener el ritmo de consumo de los habitantes de
la Tierra. Los estudios de esta ONG indican que se necesitan 1,75 planetas para
satisfacer las demandas de los seres humanos.
¿Será que el hombre logrará
detener esta malograda situación? ¿Hay voluntad/autoridad de sus gobernantes
para impedir el avance de esta debacle, ante el gran poder de las industrias
mineras, del turismo, forestal, pesquera, eléctrica, y tantas otras?
En este punto, es bueno recordar
la impresionante carta que le hiciera llegar hace 164 años un indio sioux al
Presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, cuando éste ofreció “comprarle”
los territorios del noreste del país (hoy Estado de Washington).
A continuación, su extracto:
“¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el
calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña. Si nadie puede
poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿Cómo es posible que usted
se proponga comprarlos?
Cada pedazo de esta tierra es
sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de
las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los
insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo.
Somos parte de la tierra y
ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el
ciervo, el caballo, la gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos,
los surcos húmedos de las campiñas, todos pertenecen a la misma familia.
Esta tierra es sagrada para
nosotros. Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed. El murmullo de
los ríos es la voz de mis antepasados. Por lo tanto, ustedes deberán dar a los
ríos la bondad que le dedicarían a cualquier hermano.
Sabemos que el hombre blanco
no comprende nuestras costumbres. Roba de la tierra aquello que sería de sus
hijos y no le importa. Trata a su madre, a la tierra, a su hermano el cielo,
como cosas que pueden ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o
adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.
El aire es de mucho valor para
el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire – el animal,
el árbol, el hombre – todos comparten el mismo soplo. El viento que dio a
nuestros abuelos su primer respiro también recibió su último suspiro. Si les vendemos
nuestra tierra, ustedes deberán mantenerla intacta y sagrada, como un lugar
donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las
flores de los prados.
“Horizonte sin
límites”, pintura de Edward Kucera, sitio nuncajamáscocker.blogspot.com.
Si decidimos aceptar la
oferta, impondré una condición: el hombre blanco deberá tratar a los animales
de esta tierra como a sus hermanos. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si
todos los animales se fueran, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu
pues lo que ocurra con los animales, en breve ocurrirá a los hombres. Hay una
unión en todo.
Enseñen a sus niños lo que
enseñamos a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra
a la tierra, les ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en
el suelo, estarán escupiendo en sí mismos.
La Tierra no pertenece al
hombre; es el hombre el que pertenece a la tierra. Lo que ocurra a la tierra,
recaerá sobre los hijos de la tierra. El hombre no tejió el tejido de la vida;
él es simplemente uno de sus hilos.
La tierra es preciosa y
despreciarla es despreciar a su Creador.
El destino es un misterio para
nosotros, que no comprendemos que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos
sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados del
olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruidas por hilos de
hablar.
¿Qué ha sucedido con el bosque
espeso? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con el
águila? Desapareció.
La vida ha terminado. Ahora
empieza la supervivencia”.
Sabias palabras del cacique piel
roja Sioux Seattle, que mostró ser más civilizado que muchos hombres del siglo
XXI, que, sin compasión, sin piedad, están aniquilando a nuestro planeta
nodriza: La sufrida y agonizante Tierra.
Las siguientes imágenes ¿llegarán a ser en un futuro próximo, solo el recuerdo de un pasado hermoso que no volverá?…
Chile,
Huerquehue, imagen. Enviajes.cl. |