Osito de peluche confeccionado por las hermanas de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén. (Foto del hermano Miguel Vásquez Alegría, junio 2018)
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¿Han visto ustedes, amables lectores, esos
vilanos que, flotando por el aire como pequeños paracaídas, son llevados
caprichosamente por la suave brisa? Van subiendo y bajando por el aire, como en
una leve danza, portando cada uno de ellos un germen de vida en su diminuta
flor-semilla, para que vaya a germinar lo más lejos posible de la tan conocida
y benéfica plantita “Diente de León”, de la cual proceden.
Yo, que soy el espíritu de un osito de peluche,
he sido endilgado a la Tierra por un Ángel y también vuelo por la atmósfera, en
busca de mi destino de reencarnación; y veo pasar por mi lado a los vilanos,
que llevan su semilla de vida. Yo también llevo una semilla sagrada y de vida:
La semilla del Amor fraternal universal que debiera alentar en los corazones de
todos los hombres de la Tierra.
Pero ¡Ay! En mi vuelo he visto como la
humanidad terrena no reconoce al Padre de Todo lo que existe, ni respeta Sus
Leyes Sabias. Y en vez del amor, practican el materialismo, el ateísmo, la
violencia y el asesinato colectivo de la guerra.
Esa es la consecuencia de que las religiones
establecidas y los gobiernos de turno en Chile, no quisieron reconocer en el
siglo XX, a la Profeta Madrecita Laura Antonia, que en aquel entonces anunció
la existencia del Dios verdadero, y la llegada del Apocalipsis. Ella fue
enviada a la Tierra por el Padre para guiarlos, pero fue encarcelada, rechazada,
perseguida y calumniada. Por lo tanto, los incrédulos perversos ahora viven las
consecuencias de su soberbia e impiedad.
Con mi espíritu acongojado por esta realidad,
continúo mi vuelo hasta una parcela un poco al Sur de la ciudad de Santiago.
¡Ahí está! Es la sede de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén. Este
terreno sagrado, que un día pisaron los pies benditos de Madrecita, que allí
regaba a sus plantitas y en trances catalépticos recibía a los Maestros de la
Cosmogonía Universal, que, desde sus Naves Perfectas, bajaban en espíritu para
incorporarse en la materia de ella, entregando enseñanzas e instrucciones a sus
discípulos.
Aquellos que resultaron fieles al Mandato
Sagrado recibido, son los que hoy perseveran en su Templo en el camino por ella
señalado, sirviendo y adorando al Divino Padre Creador, guiados hoy por la
Profeta Sucesora que cumple el mismo rol Sagrado de Madrecita.
Esta Sede Templo es una parcelita llena de arbolitos,
¡Qué hermosa es! y con tres modestos edificios, taller y bodegas. A uno de
estos edificios penetro a través del techo y siempre invisible, encuentro allí
una pequeña colmena humana. Es domingo y varias hermanas trabajan afanosamente
allí, fabricando juguetes de paño: ositos de peluche, conejitos, gatitos,
tortuguitas…y sus conversaciones semejan el rumor de una colmena de abejas
humanas. Por su parte, los hermanos, trabajan en un taller de carpintería
fabricando lindos juguetes de madera no bélicos.
Pero, ¡He aquí que he llegado a mi destino!
Pues en este preciso instante una de las hermanas da el toque final a un osito
de peluche, al terminar de atarle una primorosa cintita de adorno. Ha quedado
precioso. ¡Y ya está! Me meto de inmediato dentro del osito y le doy vida,
aunque es una vida inanimada.
¡Cuán hermosa es mi misión! Ahora esperaré
pacientemente durante varios meses guardado en una bodega, envuelto en una
bolsita transparente, hasta que llegue la víspera de Navidad. Entonces todas
estas abejitas humanas vestirán sus túnicas blancas, con el corazón rojo del
Amor del Divino Maestro en el pecho, donde está pintado el Espíritu Santo del
Padre como paloma blanca, y cargadas con sacos llenos de juguetes, llegarán en
grupo a escuelas y poblaciones de la zona, entregando su cargamento del más
puro amor del Padre y del Maestro. Y al entregar con sus propias manos un
juguete a cada niño y niña, recibirán la más hermosa compensación a sus
esfuerzos de todo el año: la pura y límpida sonrisa de felicidad, que iluminará
los rostros infantiles en ese día glorioso. ¡El Día del Amor del Padre, del
Maestro, de Madrecita Laura Antonia, de la Profeta Sucesora, y de todos sus
discípulos!
He aquí que, como un osito de peluche saturado
de amor, estoy orgulloso de compartir con estos verdaderos cristianos: Casados
y solteros, niños, jóvenes y ancianos, entre los que hay personas de toda
condición social y profesional, toda gente de trabajo y estudio, útiles a la
Patria y a la sociedad y que todos los domingos del año, se reúnen en su Sede
para servir al Padre, fabricando juguetes para ser donados a miles de niños en
vísperas de cada Navidad.
Es así como después de su faena de trabajo cada
tarde de domingo del año, al final de la jornada, a las 21 horas, elevan fervorosos
cánticos y oraciones al Divino Padre Creador, durante treinta minutos, ante de
retirarse felices a sus domicilios, por haber cumplido el principal Mandato de
la Ley de Padre Divino: “Amar al Padre Creador por sobre todas las cosas y al
prójimo como a sí mismo”.
Pero ese amor lo entregan en estricta justicia:
A los niños inocentes y a los desvalidos; pero no a los impíos y burladores,
que atropellan a su antojo a las Leyes Sagradas del Padre, que son las Leyes
Perfectas e Inmutables que rigen a la Naturaleza, en la Tierra y en todo el
Cosmos infinito y variado, Obra Perfecta de Sus Manos.
Ellos realizan
su culto sencillamente, sin oropeles ni parafernalias, ni fabulosas riquezas
materiales, pues les ha sido revelado desde Lo Alto que, en los tiempos antiguos,
fueron seguidores del Maestro en esa lejana tierra que fue santa, mientras el
Mesías encaminó sus pasos por ella. Por eso, tienen siempre presente los
principios del verdadero cristianismo, enseñados por el Maestro de los Maestros:
La Cadena Sagrada de cánticos y oraciones a
nuestro Divino Padre Creador:
El Divino Maestro Jesús, el Mesías. (Pintura de Karl Bloch) |
“Bienaventurados los humildes de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos
poseerán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos
serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque
ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque
ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacíficos, porque hijos de
Dios serán llamados.
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad
puesta sobre un monte no se puede esconder.
De esta forma ha de brillar vuestra luz delante
de los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, den gloria a vuestro Padre
que está en los cielos.
…Porque os digo que, si vuestra justicia no
fuere mayor que la de los Escribas y los Fariseos, no entrareis en el Reino de
los Cielos”.
Bueno, amable lector o gentil lectora, he
cumplido con expresaros mis sentimientos, al observar y convivir con estos
hombres, mujeres y niños, que sirven humildemente al Padre Divino practicando
el verdadero cristianismo, con la misma sencillez de los tiempos antiguos, pero
con la plena conciencia de la Hora Postrera que vive hoy la humanidad del
planeta Tierra.
Será hasta la víspera de Navidad, si nuestro
Padre Divino así lo quiere.
Adiós.
“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas
y paz en la Tierra a los hombres de buen voluntad”.
Mona Lisa.
La preparación:
Entrega de juguetes en víspera de navidad
La Cadena Sagrada de cánticos y oraciones a
nuestro Divino Padre Creador:
“Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la
Tierra a los hombres de buena voluntad”.
¡Encantadora narración que mezcla ficción y realidad! Felicitaciones a su autora por la fluidez de sus palabras y la cercanía que imprime al relato.
ResponderEliminarLlevo conviviendo más de 45 años con esta labor edificante en la Congregación Espiritual, que es un legado de nuestra Profeta del siglo XX, Madrecita Laura Antonia, y que nos ha permitido llevar alegría y esperanza a niños de situaciones vulnerables.
El detalle que me conmueve es la semilla del Amor Fraternal Universal, que se transporta en el interior del osito protagonista, y que debiera estar anidada en el corazón de todos los hombres. Justamente entristece saber que es escasa en la actualidad, en el género humano abundan otros sentimientos como el egoísmo, el personalismo, la ambición de poder, etc.
Bienaventurados los que siguen las leyes del Padre y procuran ir en ayuda de los más desposeídos! Que Dios libre de todo mal a sus hijos fieles!
Bendito sea el nombre del Todopoderoso, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos, Amén
Atenea
Como cada año y siguiendo fielmente el mandato de amor que nos heredara nuestra Madrecita Laura Antonia, los hermanos de la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén nos organizamos y fabricamos juguetes para ser donados en víspera de navidad en Colegios y Poblaciones del sur de Santiago.
ResponderEliminarNuestro premio es la sonrisa del niño o niña que se va feliz con su juguete, el amor con que se fabrican es el condimento fuerte de esta maravillosa obra y sabemos que cada juguete que regalamos en el nombre de nuestro Divino Padre Creador, puede contar una hermosa historia de amor con los niños de escasos recursos a los que podemos ayudar.
Hno. Luis V.
Uno de los Estatutos Espirituales que rigen nuestra Bendita Congregación es: Amar y respetar al prójimo.
ResponderEliminarMadrecita Laura Antonia, Profeta enviada por el Divino Padre Creador en el siglo XX, entre las numerosas enseñanzas que nos entregó fue la de ayudar a nuestros semejantes. Pero siempre nos recalcó que toda ayuda debe ser entregada en justicia y para aquellos que realmente lo necesiten.
Actualmente la Congregación Espiritual de la Nueva Jerusalén con la Guía de nuestra Profeta Sucesora, continúa con el legado de obras sociales que Madrecita nos dejó durante su ministerio profético. No tan solo para la época navideña, donde se reparten juguetes para los niños, los que en su gran mayoría son fabricados por los hermanos y hermanas integrantes de la Congregación, sino que además se va en ayuda a comunidades que estén pasando situaciones difíciles y que así lo requieran.
El Divino Maestro Jesús nos enseñó: Amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo.
Solo las buenas obras hacen fe verdadera.
Así Sea.