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lunes, 13 de mayo de 2019

Ya se está produciendo la muerte del mar…

El mar. (Imagen: Sputnik Mundo)


Se empieza a cumplir otra profecía de Madrecita Laura Antonia sobre los acontecimientos del Apocalipsis en nuestro planeta Tierra.
Madrecita Laura Antonia, (en octubre de 1944), la profeta chilena del Apocalipsis, en el siglo XX.




27 de abril de 1976, sueño profético de Madrecita Laura Antonia.

Madrecita veía que iba con su esposo, Monseñor Carlos, a visitar una playa de la provincia de Concepción, en Chile. Dejaban el auto en un bosque y caminaban por la playa.
Entonces veían que el mar estaba quieto, sin una sola ola. Estaba muerto. La playa estaba cubierta de un sinnúmero de peces, caracoles y crustáceos muertos. Decía ella: “Esto debe haber ocurrido recién. Es la tercera parte de las criaturas del mar que han muerto, en la tercera parte de los países que tienen costas. La matemática Perfecta del Padre. Todo está compartido”.
Pronto empezaba a heder la playa y debían huir de allí.
Comentario: En esta profecía de Madrecita Laura Antonia, encontramos una completa concordancia con las Sagradas Escrituras de la Biblia, en el último libro del Nuevo Testamento, el Apocalipsis de Juan Apóstol, en Capítulo 8, vs. 8, que dice: “Y el Segundo Ángel tocó la trompeta, y fue echado  en el mar como un grande monte ardiendo en fuego, y se tornó en sangre la tercera parte de la mar. 9 Y murió la tercera parte de las criaturas que había animadas en la mar, y la tercera parte de los navíos pereció”.
Este “grande monte ardiendo en fuego” es la visión espiritual de Profeta Juan, de las bombas nucleares explosionando sobre el mar, en la Tercera Guerra Mundial Nuclear.
Esta profecía de Madrecita Laura Antonia se complementa con la siguiente, 1°de junio de 1978: “Madrecita veía que llegaba un gran castigo del Padre para la humanidad impía: Todas las aguas del planeta se descomponían, estaban putrefactas, no se podían beber. Y además todos los ríos y arroyos estaban secos”.
También esta profecía de Madrecita se corresponde con la siguiente profecía del Apocalipsis de Juan Apóstol, Capítulo 8, vs.10: “Y el Tercer Ángel tocó la trompeta y cayó del cielo una grande estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó en la tercera parte de los ríos, y en las fuentes de las aguas. 11 Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo y la tercera parte de las aguas se convirtió en Ajenjo, y murieron muchos hombres por las aguas, porque se tornaron amargas”.
La visión de Juan Apóstol de la estrella que cae en las fuentes de las aguas, es evidentemente la figuración de la visión espiritual del profeta, de las bombas nucleares explosionando sobre la tierra.
Aunque estas profecías de Madrecita y las de Juan Apóstol en el Apocalipsis, corresponderían más bien a los efectos de la Tercera Guerra Mundial Nuclear, la realidad en nuestro siglo XXI es que, los océanos de nuestro planeta están muriendo, por efecto del cambio climático y las actividades del hombre. Analicemos una sobrecogedora crónica aparecida en estos días:

Registran más de 550 zonas muertas en los océanos.



La falta de oxígeno causada por actividades humanas y el calentamiento global asfixian la vida marina.

(de Mares Limpios, 09 octubre de 2018. Extracto)
“Las aguas costeras y marinas de muchas partes del mundo están siendo afectadas por la proliferación de algas y fitoplancton que disparan la creación de zonas muertas por escasa oxigenación, lo que limita la vida marina y destruye actividades económicas esenciales para las poblaciones costeras, como el turismo y la pesca, además de asfixiar la biodiversidad.
Los nutrientes que son liberados al medio ambiente por los procesos agrícolas, principalmente fósforo y nitrógeno, contaminan los cuerpos de agua y los drenajes que llegan al mar, donde favorecen la proliferación anormal de varias especies de algas, fenómeno llamado florecimientos algales nocivos (FAN) que generan eutrofización.
Lago eutrofizado. Imagen Ciencias de la Tierra.

Tan o más grave es la hipoxia (deficiencia de oxígeno) de los fondos marinos, sitios donde los agroquímicos afectan los ecosistemas, porque al penetrar los químicos en el agua, el oxígeno disuelto de forma natural se agota y muy pocos organismos logran sobrevivir en esa zona. Los peces migran a sitios más benignos, pero criaturas como los cangrejos no pueden escapar y mueren por falta de oxígeno.
…A las aguas abiertas de los océanos llega el calentamiento global, éstas pierden oxígeno, y el oxígeno pierde capacidad para alcanzar las profundidades.
Las zonas muertas del mundo pasaron a 405 en 2006 y, nueve años más tarde, los expertos habían identificado por lo menos 530 zonas muertas en los océanos, además de 228 sitios con eutrofización marina, cuyas dimensiones y persistencia crecen.
A través del río Mississippi, los agroquímicos terminan depositados en el Golfo de México, y hoy, el área muerta del Golfo de México alcanza 10 estados de Estados Unidos y sumaba casi 23 mil Km2 en enero de 2018, según documentó la Universidad de Duke en un estudio solicitado por la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica del Departamento de Comercio de Estados Unidos)”.
Mapa de zonas muertas de océanos. Imagen Tiempo.com 7 enero 2018

(Fin de la cita-extracto)
.
Y he aquí que nuestra insigne poetiza laureada Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura en 1945, entre su extensa producción poética, es autora del poema “La muerte del mar”, calificado de “misterioso” por los entendidos, pero que hoy, ante el catastrófico fenómeno apocalíptico de la progresiva muerte de los océanos del planeta, adquiere un carácter profético.


Gabriela Mistral, la insigne poetiza chilena, Premio Nobel de Literatura de 1945.
(Imagen: Universidad de Chile)


Al respecto, es interesante recordar lo que Sócrates nos dice sobre la inspiración poética, en el Diálogo de Platón, “Ion o de la Ilíada”: … “que estos bellos poemas no tienen un carácter humano y no son obra de los hombres, sino que son divinos y provienen de los dioses, y que los poetas no son otra cosa que los intérpretes de los dioses, estando cada uno de ellos poseído por aquel de quien recibe la influencia”. (Pág. 147, Platón Obras Completas, Ed. Aguilar, 2ª Ed. 1974)

Poema “La Muerte del Mar” de Gabriela Mistral.


 Se murió el Mar una noche,
de una orilla a la otra orilla;
se arrugó, se recogió,
como manto que retiran.

Igual que albatros beodo
y que alimaña huida,
hasta el último horizonte
con diez oleajes corría.
Y cuando el mundo robado
volvió a ver la luz del día,
él era un cuerno cascado
que al grito no respondía.
Los pescadores bajamos
a la costa envilecida,
arrugada y vuelta como
la vulpeja consumida.
El silencio era tan grande
que los pechos oprimía,
y la costa se sobraba
como la campana herida.
Donde él bramaba, hostigado
del Dios que lo combatía,
y replicaba a su Dios
con saltos de ciervo en ira,
y donde mozos y mozas
se daban bocas salinas
y en trenza de oro danzaban
sólo el ruedo de la vida,
quedaron las madreperlas
y las caracolas lívidas
y las medusas vaciadas
de su amor y de sí mismas.
Quedaban dunas-fantasmas
más viudas que la ceniza,
mirando fijas la cuenca
de su cuerpo de alegrías.
Y la niebla, manoseando
plumazones consumidas,
y tanteando albatros muerto,
rondaba como la Antígona.
Mirada huérfana echaban
acantilados y rías
al cancelado horizonte
que su amor no devolvía.
Y aunque el mar nunca fue nuestro
como cordera tundida,
las mujeres cada noche
por hijo se lo mecían.
Y aunque el sueño él volease
el pulpo y la pesadilla,
y al umbral de nuestras casas
los ahogados escupía,
de no oírle y de no verle
lentamente se moría,
y en nuestras mejillas áridas
sangre y ardor se sumían.
Con tal de verlo saltar
con su alzada de novilla,
jadeando y levantando
medusas y praderías,
con tal de que nos batiese
con sus pechugas salinas,
y nos subiesen las olas
aspadas de maravillas,
pagaríamos rescate
como las tribus vencidas
y daríamos las casas,
y los hijos y las hijas.
Nos jadean los alientos
como al ahogado en mina
y el himno y el peán mueren
sobre nuestras bocas mismas.
Pescadores de ojos fijos
le llamamos todavía,
y lloramos abrazados
a las barcas ofendidas.
Y meciéndolas meciéndolas,
tal como él se les mecía,
mascamos algas quemadas
vueltos a la lejanía,
o mordemos nuestras manos
igual que esclavos escitas.
Y cogidos de las manos,
cuando la noche es venida,
aullamos viejos y niños
como unas almas perdidas:
"¡Talassa, viejo Talassa,
verdes espaldas huidas,
si fuimos abandonados
llámanos a donde existas,
y si estás muerto, que sople
el viento color de Erinna
y nos tome y nos arroje
sobre otra costa bendita,
para contarle los golfos
y morir sobre sus islas".

 “Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.

5 comentarios:

  1. Con este artículo y enseñanzas, se comprueba, una vez más, la verdad de las Profecías de Madrecita Laura Antonia que fueron advertidas hace tantos años.
    En los tiempos que estamos viviendo, se hace cada vez más patente el cumplimiento de ellas. El ser humano en su necedad y soberbia por dominarlo todo está causando lentamente la destrucción de los océanos y consecuentemente en un tiempo no lejano, la extinción de la vida en el planeta.
    Para muestra un botón. Hoy 14 de Mayo, la prensa da cuenta de la noticia sobre el descenso a las profundidades del mar, del submarinista estadounidense Victor Vescovo quien en su sumergible llegó a casi los 11.000 metros en la parte más profunda del pacífico (fosa de Las Marianas), descubriendo que “hay vida en el fondo mismo del océano”, pero además se descubre una triste certeza “…objetos de procedencia humana, como una bolsa de plástico y algunos envoltorios de caramelo…”
    Y cabe preguntarse, ¿será posible que el ser humano reaccione y pueda revertir este proceso?

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  2. Sobrecogedora noticia, que marca profundamente a la especie humana y pone en jaque la continuidad de la civilización. Dada la importancia de los océanos en la estructura económica mundial y siendo hogar de muchísimas especies, junto a la importancia que posee en el ecosistema, es de suma tristeza enterarse de estos hechos. Lamentablemente la actividad del hombre ha dado por resultado estas penosas condiciones marítimas, con aún impensables consecuencias.

    Sólo si el ser humano detuviera sus acciones y mirara con humildad y arrepentimiento al Divino Padre Creador, podría haber una salida a tan horroroso fenómeno. Mientras eso no pase, la humanidad tendrá que sufrir las consecuencias de sus actos.

    El poema de Gabriela Mistral, desgarrador.

    Mis saludos y admiración al creador de esta entrada.


    Atenea

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  3. Que tristeza ocasiona leer este artículo. Ver que una de las creaciones mas bellas que el Padre Divino ha hecho, el mar, para directo beneficio de la humanidad, esté pereciendo a pasos agigantados, por la intervención del hombre, principalmente son responsables las grandes empresas ligadas a la industria pesquera, las mineras, que botan sus desechos en el mar y en general el ser humano que ha contaminado con basura, principalmente plástico, sin tomar ninguna conciencia del daño que sus acciones han provocado.

    Es verdad que hay unos pocos que están teniendo conciencia y están tomando distintas medidas para ayudar a contrarrestar el daño ocasionado por las grande empresas que solo buscan producir y producir, en un afán desmedido de ambición y riqueza. Lamentablemente estos esfuerzos no son suficientes, el daño a los ecosistemas marinos es incalculable, solo cuando el mar deje de generar sus riquezas naturales, empiece a escasear el alimento y aparezca el flagelo del hambre a nivel global solo ahí el hombre se dará cuenta del daño que causó, pero ya será demasiado tarde.

    Rogamos al Padre Divino la protección para sus ciervos fieles. Así sea.

    “Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.

    Hna. Lorena Perelló V.

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  4. Todas las Profecías del Antiguo y Nuevo Testamento se están cumpliendo, confirmadas y actualizadas por Madrecita Laura Antonia desde finales del siglo XX, tantos años de advertencias para que el hombre haga caso omiso de ellas.
    El mar, ese poderoso ser vivo está muriendo, el aumento de la temperatura por el cambio climático, la radiación por los ensayos nucleares, el exceso de residuos por el consumismo y la industrialización y todo tipo de contaminación llega al mar, el cual está llegando su hora fatal.
    Es inminente la autodestrucción del hombre, porque se ha esmerado a la destrucción de su entorno, el Padre Celestial en su Misericordia dio siglos de oportunidades y la humanidad no aprendió nada.
    La única alternativa es acercarse a Dios, el Divino Padre Creador, respetar sus Leyes Sabias y amar su Obra Maravillosa y Perfecta que es la Naturaleza y el Universo Infinito.
    Hno. Luis V.

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  5. La devastación de nuestros océanos producto de la actividad del hombre, es una realidad que ya nadie puede discutir. Son numerosos los artículos y noticias que abordan este fenómeno, sin embargo, el nivel de conciencia al respecto sigue siendo mínimo. ¡Qué tristeza debe sentir nuestro amadísimo Padre al ver como el ser humano destruye su propio hábitat! Ese hábitat hermoso y perfecto que creó el Padre para el desarrollo de distintas especies, incluidos los seres humanos.

    Para finalizar, quisiera compartir otras fuentes que amplían lo expresado en el artículo, profundizando en la contaminación marina:

    https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/la-contaminacion-marina

    https://elpais.com/elpais/2016/06/13/eps/1465769107_146576.html

    https://chilecientifico.com/contaminacion-marina-una-ola-peligrosa/



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